“Había de transcurrir algún tiempo antes de que Aureliano se diera cuenta de que tanta arbitrariedad tenía origen en el ejemplo del sabio catalán, para quien la sabiduría no valía la pena si no era posible servirse de ella para inventar una manera nueva de preparar los garbanzos.”
“Antes de que me secuestraran yo vivía esclava del reloj. Trataba de organizar mi tiempo de la mejor manera posible, incluso leía libros sobre ello.Mi vida estaba programada al segundo. Al final de cada día, cuando regresaba a mi casa agotada tras un día intenso, me acostaba con la sensación de que el tiempo no me alcanzaba para hacer todo lo que quería. Siempre sentía que me quedaba algo por concluir...... En el secuestro, sin embargo, de repente me encontré con que tenía todo el tiempo del mundo para mí, pero aparentemente no había nada que pudiera hacer para aprovecharlo. Nunca antes en mi vida había sentido tan intensamente esa sensación de pérdida de tiempo que experimenté en los primeros meses de cautiverio. Para mí fue un conflicto existencial atroz, pues tenía la sensación de que la vida se me estaba escapando ante los ojos. Era como si estuviera enterrando mi juventud en aquellas selvas.”
“Víctor, de forma totalmente inconsciente, lo había comprendido antes que ella: el tiempo no tenía días suficientes para separarlos. Se dice que cuando la gente muere antes de tiempo y deja algo atrás, su espíritu no puede avanzar. Abril se había dado cuenta de que a veces lo que dejas atrás es tan fuerte que sólo con esperar no es suficiente. A veces el destino te debe una segunda oportunidad. Aquella era la suya.”
“…durante su niñez Tita no diferenciaba bien las lágrimas de la risa de las del llanto. Para ella reír era una manera de llorar. De igual forma confundía el gozo del vivir con el de comer. No era fácil para una persona que conoció la vida a través de la cocina entender el mundo exterior.”
“En la tienda de mascotas eligió dos tortugas pintadas, cada una de ellas del ancho aproximado de la tapa de un frasco de mayonesa. Compró para ellas una bandeja grande en forma de riñón que tenía su propio islote, una palmera de plástico, algunas plantas acuáticas y un caracol. El caracol servía presumiblemente para reforzar la autoestima de las tortugas: "¿Nosotras te parecemos lentas? Pues fíjate en ese tipo". Del mismo modo, para apuntalar la moral del caracol, había una roca. Todos somos más felices si tenemos a alguien a quien mirar por encima del hombro, y a alguien a quien admirar; sobre todo, si estamos resentidos con ambos. Esa no es solo la estrategia del macho beta para sobrevivir, sino también la esencia del capitalismo, de la democracia y de la mayoría de las religiones.”
“Inclusive se convertían en motivo de diversión, a tal grado que durante su niñez Tita no diferenciaba bien las lágrimas de la risa de las del llanto. Para ella reír era una manera de llorar.”