“Los idiomas hay que saberlos cuando uno va a vender algo. Pero cuando uno va a comprar, todo el mundo le entiende como sea.”
“¿Cómo sabe uno lo que va a hacer hasta que llega el momento? Es imposible. Yo creo que sí, pero, ¿cómo puedo saberlo con seguridad?”
“Y entonces pensé que la felicidad no "llega". No llega cuando te casas o cuando ya no dependes de tus jefes o cuando tienes el trabajo chingón o te vas a estudiar fuera. Es algo que está todo el tiempo, desde siempre, mezclado con las cosas pinches. Es un sentimiento de a ratitos, a veces dura más y a veces menos, pero va y viene. Y uno decide si lo agarra cuando está, o no.”
“Dígalo, dígalo sin miedo; tal como va el mundo todos los que no somos imbéciles necesitamos estar un poco locos.”
“Cuando Dios borra, es que va a escribir algo.”
“-Estamos hechos el uno para el otro-susurró-. ¿Puede ser que predestinados el uno al otro? Pero nada saldrá de todo esto. Una pena, pero cuando llegue el alba nos separaremos. No puede ser de otro modo. Tenemos que separarnos para no hacernos daño el uno al otro. Nosotros, predestinados el uno al otro. Hechos el uno para el otro. Una pena. Aquel o aquellos que nos crearon el uno para el otro deberían haberse preocupado de algo más. La mera predestinación no basta, es muy poco. Hace falta algo más. Perdóname. Tenía que decirlo.-Lo sé.”