“Lord Maccon fue listo y decidió poner su mejor cara de corderito degollado, si es que un hombre lobo era capaz de tal cosa.”
“Extrajo un trozo de tela blanca doblada primorosamente de su chaleco y la sacudió hasta convertirla en una sábana de seda de grandes dimensiones. La capacidad de aquel hombre para almacenar los objetos más inverosímiles en tan escueta prenda era cuanto menos impresionante.”
“¡Cielo santo!¿qué es eso que tiene en la cara? Parece la descendencia descarriada de unos prismáticos con unos gemelos. ¿Cuál es su nombre?¿Binópticos?¿Espectomáticos?.”
“Alexia se puso en pie y Lord Maccon descubrió entonces el cojín sobre el que la joven había estado descansando, después de desmayarse estratégicamente sobre él.”
“La criatura se quedó inmóvil, con una intensa expresión de sorpresa dibujada en su bello rostro, y luego cayó de espaldas sobre la maltratada tarta de melaza, desplomándose con la flaccidez de un espárrago cocinado en exceso.”
“Estaba intrigada en la vertiente más científica del término. ¿Podía ser que allí abajo las cosas hubiesen aumentado de tamaño aún más?¿Cuál era el máximo ratio de expansión posible? Sonrió, no sin cierta malicia.”
“Exhaló el aire con un sonoro suspiro. El corazón latía a ritmo de maratón en algún lugar de su cuello, tenía la piel caliente y tirante sobre los huesos y estaba empapada en zonas donde una señorita soltera de reputación inmaculada como ella no debería estarlo.”