“No hay nada que perder. O tal vez ya lo he perdido, y encontrado, y cualquier otra cosa que puede que pierda, no tiene nada que ver con lo que está en este momento.”
“—No. No vuelvas a pensar así. No tiene nada que ver con eso. Lo que sea que puedes hacer, cualquier habilidad que tengas, todavía eres Lila. Es parte de ti; quién eres. Y no cambiaría nada de ti, que no sea tal vez tu inclinación a salir corriendo —añadió en el último momento.”
“¡Que me den algo que hacer, lo que sea! Sería preferible que pensara en otra cosa, porque en este momento estoy por representarme la comedia. Sé muy bien que no quiero hacer nada; hacer algo es crear existencia, y ya hay bastante existencia.”
“Pensé en todo lo que fue lavado una y otra vez. Hacemos este tipo de revoltijos en esta vida, tanto por accidente como a propósito. Pero limpiar la superficie realmente no hace que nada mejore. Solo enmascara lo que está por debajo. Es sólo cuando realmente cavas en lo profundo, que vas a lo subterráneo, que puedes ver quién eres realmente.”
“—Ahora lo entiendo —dije, con la voz amortiguada contra su hombro—. Lo entiendo de verdad. —¿Entender qué? —Lo que se siente al ver que la persona que más quieres en el mundo está en peligro. Antes no lo sabía de verdad. Y al ver a Felicity apuntándote al corazón con la pistola, de repente me sentí una estúpida por no haberlo sabido. —¿Saber qué? —Lo salvaje que es. No tiene nada de razonable ni de lógico. Tenías razón al decir que pierdes el control en lo que se refiere a mí. Yo no podía controlar lo que iba a hacer. Provoqué la explosión porque no podía pensar en otra cosa que en salvarte. No pensé en lo peligroso que era para mí y para los demás. En ese momento solo me importabas tú. Solo tú. Y habría hecho cualquier cosa por salvarte. Habría pagado cualquier precio, habría cometido cualquier pecado, habría vendido mi alma con tal de salvarte.”
“Ahora miraba el mundo como algo remoto, con lo que yo no tenía nada que ver y de lo que nada esperaba, y de hecho nada deseaba: en pocas palabras, no tenía nada que ver con ese mundo, y difícilmente algún día tendría que ver algo con él; por tanto, pensé que así debía de verse después de la muerte.”