“No estoy segura de que te des cuenta cuán ridículo suenas. Pero por fortuna para ti, Annabelle Miller está aquí y en el caso, y no va a dejar que pases ni un minuto más sin conocer la perfección que es el éxtasis de chocolate.”
“Mi nombre es Nicolai y soy el príncipe heredero de Elden. Seré rey cuando mate al Hechicero de Sangre. Y lo mataré. Después de decirle a mi mujer que la amo.Siempre amaré a mi Jane y soy miserable sin ella. Ella piensa que la desprecio, pero por primera vez en su vida, mi mujer demasiado inteligente, se equivoca. Dije e hice lo que hice sólo por salvar su vida.Su vida es más importante para mí que yo mismo.Pero ella está maldita. Maldecida a perder al hombre que ama. Y ha pasado. Ella lo ha perdido. Absolutamente. Pero ahora… ahora puede encontrarlo. Si no a través de la magia o las habilidades, con su mente.Vuelve a mí, Jane. Por favor. Vuelve a mí. Te espero. Te esperare siempre.”
“Puede que a ti no te importe morir, pero a mí sí (...) No voy a hacer eso por ti. Nunca. No me lo pidas a mí.-Zacharel a Annabelle”
“La fe es medible. Se basa en lo que piensas y consideras sobre una verdad espiritual. (...) Hay leyes naturales, como la gravedad, y hay leyes espirituales, como ésta. Puedes tener lo que dices si crees que lo tienes antes de que tú en realidad veas que lo tienes. Eso es fe.-Zacharel”
“Me alegro, porque es posible, y subrayo posible, que ese momento no llegue nunca, que no te enamores, que no quieras ni puedas entregarle la vida a nadie y que, como yo, cumplas un día los cuarenta y cinco años y te des cuenta de que ya no eres joven y que no había para ti un coro de cupidos con liras ni un lecho de rosas blancas tendido hacia el altar, y la única vergüenza que te quede sea robarle a la vida el placer de esa carne firme y ardiente que se evapora más rápido que las buenas intenciones, y que es lo más parecido al cielo que encontrarás en este cochino mundo donde se pudre todo, empezando por la belleza y acabando por la memoria.”
“Y ahora me quedo aquí, con todas las cosas que nunca te llegué a contar. Pensando en todos los lugares que no te toqué. En cómo pude haber llegado por tu espalda, taparte los ojos, preguntarte quién soy y besarte el cuello para delatarme.Ahora estoy aquí, en el lugar donde se durmió todo, por no decir otra cosa. Justo aquí suena cuando me acuesto a dormir el eco de nuestras conversaciones. Ahora sólo hay viento y una verdad que duele reconocer.Y es verdad, yo una vez me sentí así, mucho antes de que llegaras tú, pero justo cuando llegaste tú yo me dije: ¡Nunca voy a volver a sentirme así!Pero ahora estoy aquí, en el mismo lugar, como no quería estar y sintiéndome como no me quería sentir más nunca. Rodeado de gente conocida y que me conoce y va diciendo mi nombre, pero soy indiferente porque me importa más que me rodees tú.Porque quiero escuchar de ti mi nombre, el tono de tu voz hace que suene perfecto. Es como si mi nombre lo llevara por ti. Y quizá si.”
“Eres mía —gruñó—. Únicamente mía. Acepto todo lo que eres, y podemos estar juntos....(...)—Te haré muy feliz por lo que has dicho, Maravilla Alada-Zacharel & Annabelle”