“Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras.”
“Benditos sean los olvidadizos pues superan, incluso, sus propios errores”
“No temamos nunca a los ladrones ni a los asesinos; éstos no son más que los peligros exteriores, los pequeños peligros. Temámonos a nosotros mismos. Los prejuicios: éstos son los ladrones más temibles; los vicios: éstos los asesinos. Los grandes peligros están dentro de nosotros.”
“Ojalá fuera Halloween todos los días. Todos podríamos llevar máscara siempre. Podríamos pasearnos por ahí y conocernos antes de ver que aspecto tenemos debajo de las máscaras.”
“No dejes que los planes que tienes para ti sean más importantes que tú mismo”
“Desde que te quiero -a su amigo decía-, no tengo miedo a nada, ni a los toros ni a los ladrones. Me siento valiente hasta al heroísmo, y ni la serpiente boa ni el león de la selva me harían pestañear.”