“No tiene ningún sentido hacerse ahora esas preguntas, lo sé. Pero las preguntas no lo saben. Ellas llegan sin avisar, sin informarse antes de si lo hacen en el momento adecuado. Quieren que uno se ocupe de ellas, sea cual sea el momento en que se presentan. Yo ya me he acostumbrado a tratarlas bien. Les contesto que no sé. A veces les digo también que creo que no, que no habría cambiado nada. Tal vez lo hubiera hecho otro, y a lo mejor –o incluso probablemente –habría salido todo pero si yo hubiera salido corriendo. Eso siempre las tranquiliza un poco.”