“Nos movemos permanentemente. Y debido a ese movimiento nuestro, las cosas que nos rodean desaparecen. Es inevitable. Nada permanece. Tan sólo se quedan en nuestra conciencia. Pero desaparecen del mundo real.”
“Supongo que nos dan más morbo las cosas malas, las imágenes de violencia. Nos hacen sentir seguros en nuestras casas y cómodos en nuestras vidas, o nos hunden en la miseria y nos reafirman en nuestra creencia de que el mundo es una mierda.”
“Nos sentimos tentados a creerlos caprichos nuestros, creaciones propias, vemos vacilar y disolverse la frontera entre nosotros y la naturaleza, y adquirimos conciencia de un estado de ánimo en el que no sabemos si las imágenes en nuestra retina provienen de impresiones exteriores o interiores. En ningún otro momento descubrimos con tanta facilidad la medida en que somos creadores, en que nuestra alma participa constantemente en la recreación de la vida. Una misma divinidad invisible actúa en nosotros y en la naturaleza, y si el mundo exterior desapareciera, cualquiera de nosotros sería capaz de reconstruirlo, porque los montes y los ríos, los árboles y las hojas, las raíces y las flores, todo lo creado en la naturaleza, está ya prefigurado en nosotros: proviene del alma, cuya esencia es eterna, y escapa a nuestro conocimiento, pero que se nos hace patente como fuerza amorosa y creadora.”
“Me encantaría creer en un mundo invisible. Eso destruiría todo el sufrimiento y la presión del mundo físico. Pero también negaría el valor del dinero que tengo en el banco, de mi casa que no está nada mal y de todo mi esfuerzo. Todos nuestros problemas y todo lo bueno que nos pasa podrían desdeñarse simplemente porque no son más reales que las escenas de un libro o una película. Un mundo eterno e invisible convertiría el nuestro en una ilusión.”
“Creíamos en el control, en el poder del dinero y en la suerte. Creíamos en que el mundo era nuestro. El futuro era partícipe de nuestra voluntad. Todo el odio acumulado por vivir según las condiciones de nuestro cerebro nos hizo estallar en llamas. Jodimos nuestro propio mundo.”
“Las palabras que marcan nuestra vida se nos quedan grabadas con un eco de campanas, en mi caso no es una metáfora. Desde un campanario sonaron las seis.”