“No quiero ser razonable ni lógico. ¡Los detesto! Quiero reventar de risa, quiero divertirme. Quiero hacer algo. Quiero sentarme en un café y pasarme el día hablando. Dios, nosotros tenemos nuestros defectos...pero tenemos entusiasmo. Es mejor cometer errores que no hacer nada.”

Henry Miller

Explore This Quote Further

Quote by Henry Miller: “No quiero ser razonable ni lógico. ¡Los detesto!… - Image 1

Similar quotes

“«Tienes que ser vida para mí hasta el final», según escribe. «Esa es la única forma de sostener mi idea de ti. Porque, como puedes ver, has quedado ligado a mí con algo tan vital, que no creo que pueda desembarazarme de ti. Ni tampoco lo deseo. Quiero que vivas cada día más vivamente, puesto que yo estoy muerto. Por eso es por lo que, cuando hablo de ti con otros, me siento un poco avergonzado. Es difícil hablar de un mismo tan íntimamente. »”


“Él inclino su cabeza y habló suavemente —: Quiero estar contigo en estos malos momentos. Quiero llevarte a casa conmigo y tenderte en mi cama y tener horas y horas tu cuerpo envuelto en el mío y hacerte todo lo que o quiera. Quiero tenerte ahí en la mañana, así cuando despertemos puedo hacerte venir diciendo mi nombre. Quiero manejar hasta tu trabajo y recogerte cuando termines tu turno. Quiero ir a las tiendas contigo y comprar comida que podamos cocinar para la cena. Quiero ver un programa tonto de televisión y tenerte cayendo dormida en mi pecho, así podría verte y oír tu respiración.”


“Proponte cada día ser mejor y más amable que el día anterior. Di todas las mañanas:Hoy quiero hacer algo que pueda alabarme la conciencia y contente a mi padre, algo que aumente el aprecio de tal o cual compañero, el afecto del maestro, de mi hermano o de otros.”


“Cuando me besas, Gwendolyn Shepherd, es como si perdiera el contacto con el suelo. No tengo ni idea de cómo lo haces ni de dónde lo has aprendido. En todo caso, si ha sido en una película, tenemos que verla juntos. Lo que quiero decir es que cuando me besas, ya no quiero hacer nada más que sentirte y tenerte entre mis brazos. ¡Mierda, estoy tan terriblemente enamorado de ti que es como si hubieran volcado una lata de gasolina en mi interior y le hubieran prendido fuego!”


“-¡Y yo no quiero ser nunca mayor!- continuó apasionadamente-, yo quiero ser siempre niño y jugar y divertirme.”


“Te quiero…te adoro –dice–. Iré adonde digas: Estambul, Singapur, Honolulú. Pero ahora tengo que irme…se está haciendo tarde.”