“..., que sólo quienes, como él, son sensibles a la alquimia del sonido y los sentidos, son capaces de transformar la realidad negativa de la vida en las formas substanciales y significativas del arte. Sólo quienes pueden admitir la luz en sus entrañas pueden expresar lo que hay en el corazón.”
“Y entonces llega un momento en el que, de repente, todo parece del revés. Vivimos en la mente, en ideas, en fragmentos. Ya no nos embebemos más en la salvaje y lejana música de las calles: solamente recordamos.”
“Cada región alimenta un pueblo que se le parece. Tantos siglos a la orilla del río volvieron a los hombres diestros para nadar como peces y frenéticos para atacar como caimanes; la familiaridad de los montes los volvió silenciosos como niebla y a la vez solos y muchos como las estrellas del cielo; la vida en el desierto los hizo duros y pacientes como cardos; la vida en la selva les dio el sigilo de las serpientes, la agilidad de los monos en los ramajes; los hizo capaces de ver un mundo de hormiguea de color y sonidos allí donde otros sólo ven monotonía y silencio.”
“Hay mil podando las ramas del mal por uno que golpea en la raíz, y puede que aquel que otorgue la mayor cantidad de tiempo y de dinero a los necesitados sea el que más haga con su modo de vida para producir la miseria que trata de aliviar en vano. Sería como el piadoso dueño de esclavos que dedica las ganancias del décimo esclavo a comprar la libertad de un domingo para los demás. Algunos muestran su amabilidad con los pobres empleándolos en sus cocinas. ¿No serían más amables si se emplearan allí a sí mismos? Os jactáis de gastar la décima parte de vuestros ingresos en la caridad; tal vez deberíais gastar las nueve décimas partes y acabar con ella. La sociedad recupera entonces sólo una décima parte de la propiedad. ¿Se debe a la generosidad del que la posee o a la negligencia de los oficiales de justicia?”
“En la juventud éramos íntegros y el terror y el dolor del mundo nos penetraron por completo. No había una clara separación entre la alegría y la pena: se fundían en una sola cosa, al igual que nuestras horas de lucidez se funden con el sueño y el dormir. Nos levantamos por la mañana siendo unos seres, y por la noche, completamente ahogados, bajamos a un mar empuñando las estrellas y la fiebre del día.”
“¡Hay que vivir! Y él me enseñó a vivir, él nos enseñó a vivir, a sentir la vida, a sentir el sentido de la vida, a sumergirnos en el alma de la montaña, en el alma del lago, en el alma del pueblo de la aldea, a perdernos en ellas para quedar en ellas.”
“Existe una raza de hombres inadaptados, de hombres que no pueden parar ni establecerse, hombres que destrozan el corazón de quien se acerque a ellos y que vagan por el mundo a la ventura...Recorren la tierra, remontan los ríos, escalan de la montaña las cimas más altas, llevan en sí la maldición de la sangre gitana y no saben lo que quiere decir descansar. Si no se movieran de una misma senda llegarían lejos: fuertes son, valientes y sinceros. Pero acaban cansándose siempre de todas las cosas y sólo adoran lo extraño y lo nuevo.”