“Aquella mirada decía: "¡Mira, estos monos somos nosotros! ¡Mira, así es el hombre!" Y toda celebridad; toda discreción, todas las conquistas del espíritu, todos los avances hacia lo grande, lo sublime y lo eterno dentro de lo humano, se vinieron a tierra y eran un juego de monos...”
“Mientras lo miro, es como si solo fuéramos nosotros dos. Solo Willem y yo. Todo lo demás desaparece: el sonido de los timbres de las bicicletas y las campanadas del tranvía desaparecen. El grupo de chicos ruidosos sentados junto a nosotros desaparece. Los otros actores desaparecen. El último año desaparece. Todas mis dudas desaparecen.El sentimiento de estar en el camino correcto llena cada parte de mí. Lo he encontrado.Aquí. Como Orlando. Todo me ha llevado a esto.”
“Sí, de repente lo ví así: la mayoría de la gente se engaña mediante una doble creencia errónea: cree en el eterno recuerdo (de la gente, de las cosas, de los actos, de las naciones) y en la posibilidad de reparación (de los actos, de los errores, de los pecados, de las injusticias). Ambas creencias son falsas. La realidad es precisamente al contrario: todo será olvidado y nada será reparado. El papel de la reparación (de la venganza y del perdón) lo lleva a cabo el olvido. Nadie reparará las injusticias que se cometieron, pero todas las injusticias serán olvidadas.”
“Todo lo inanimado se desintegraba, todo lo viviente moría. Cada vez que pensaba en esto notaba latidos en la cabeza al imaginar los furiosos y acelrados movimientos de las moléculas, las incesantes explosiones de la materia, el hirviente caos oculto bajo la superficie de todas las cosas.”
“Todas las disparidades del mundo, las diversas alas de la paradoja, las dos caras del problema, las preguntas de deshojar la margarita, la concienca con forma de tijera, todas las polaridades, las cosas y sus imágenes y las cosas que no proyectan sombras y, sencillamente, las explosiones cotidianas de una calle, esta cara y aquélla, una casa y un dolor de muelas, explosiones que sólo tienen, en su nombre, letras diferentes, mi aguja todo lo atraviesa, y yo mismo, mis ávidas fantasías, todo lo que ha existido y hoy existe, somos parte de un collar de imcomprensible belleza y falta de sentido.”
“Además, confesar un hecho es dejar de ser el actor para ser el testigo, para ser alguien que lo mira y lo narra y que ya no lo ejecutó.”