“...con violentos latidos del corazón sentía yo la angustia de todas las angustias: el miedo a la muerte. Aun cuando no veía otra opción, aun cuando en torno se amontonaban el asco, el dolor y la desesperación, aun cuando ya nada estaba en condiciones de seducirme, ni de proporcionarme una alegría o una esperanza...”
“No hay nadie en el mundo que atienda mejor que la pobretería en España el arte de no hacer nada y de vivir de nada; el clima del país contribuye con la mitad , el temperamento de las gentes aporta la otra mitad. Dad, en efecto, a un español la sombra en verano, el sol en invierno, un trozo de pan, ajos, aceite, garbanzos, una vieja capa y una guitarra, aunque no sea propia, los sones de la guitarra, ¡y que ruede el mundo como quiera! Hablarle de estreches! Para él no hay desgracia; la soportan sus hombros sin encogerse, lo mismo que cuando cuelga de ellos la raída capa. El español es siempre un hidalgo, aun en hambre y en harapos.”
“Amor. No del tipo que ves en las películas o escuchas en la radio. Del tipo real. Del tipo que te derriba y te desangra, pero a pesar de todo persevera. Del tipo que tiene esperanza aun cuando la esperanza parece una tontería. Del tipo que perdona. Del tipo que cree en la curación. Del tipo que te puedes sentar en silencio y sentirte renovado. El tipo de amor real.”
“¿En que círculo del infierno te estarás quemando, Pío Nono, cura bellaco? ¿Me alcanzarás a oír desde abajo? En las vacas acuchilladas en los mataderos de este mundo se revive día a día la pasión de tu Cristo. El mismo dolor, la misma angustia, el mismo miedo que él sintió colgado de una cruz lo sienten ellas cuando las acuchillan, así las pobres, las humildes, no se digan hijas de Dios.”
“—¿Y de qué sirve la esperanza? No existe, no se puede tocar. Es sólo una idea, un sueño… ¡una mentira! Es un eufemismo como cualquier otro. La esperanza es únicamente una palabra bonita con la que maquillar la realidad —se defendió, recordándole a Lan la actitud derrotista de su primer encuentro.La muchacha permaneció en silencio, dejando que el Errante se calmara, y después le dijo con voz pausada:—Significa mucho más que eso. La esperanza es creer más allá de lo que podemos controlar. Es un sentimiento, como la alegría, el miedo o el odio, al que te puedes aferrar incluso en los momentos más difíciles, cuando sabes que ya no puedes hacer nada por ti mismo. Incluso cuando todo está perdido, siempre queda la esperanza.”
“Entonces es cuando sucede. El momento de la muerte está lleno de golpes y sonidos, y del dolor más grande que nada, una chimenea de ardiente calor partiéndome en dos, algo marchitando, quemando y desgarrando, y si el grita fuera un sentimiento, sería este.Después, nada.”