“Permanecí largo rato mirándole, y sentí entonces, lejos aún en mi subconsciente, algo muy singular. Vi que el rostro de Demian no solamente era el de un muchacho, sino el de un hombre, pero me pareció ver todavía algo más: era como si en él hubiera también algo de un rostro de una mujer, y además, por un instante, aquel rostro no me pareció ya viril o infantil, maduro o joven, sino, en cierto modo, milenario; en cierto modo, fuera del tiempo, marcado por edades distintas a la que nosotros vivimos. Los animales pueden presentar ese aspecto, o los árboles, o las estrellas. Yo no lo sabía. No sentí exactamente por entonces esto que ahora describo; pero sí algo semejante. Tampoco supe en forma clara si la figura de Demian me atraía o me repelía. Sólo vi que era distinto de nosotros, que era como un animal, o como un espíritu, o como una pintura; pero distinto, extrañamente distinto de todos nosotros.”
“De los muchos rostros que (como todos los seres humanos) Alejandra tenía, aquél era el que más le pertenecía a Martín; o, por lo menos, el que más le había pertenecido: era la expresión profunda y un poco triste del que anhela algo que sabe, por anticipado, que es imposible; un rostro ansioso pero ya de antemano desesperanzado, como si la ansiedad (es decir, la esperanza) y la desesperanza pudieran manifestarse a la vez. Y, además, con aquella casi imperceptible pero sin embargo violenta expresión de desdén contra algo, quizá contra Dios o la humanidad entera o, más probablemente, contra ella misma. O contra todo junto. No sólo de desdén, sino de desprecio y hasta de asco.”
“Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, unlibro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardínplantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tengaalgún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, quetú plantaste, tú estarás allí. «No importa lo que hagas -decía-, en tanto que cambies algorespecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después deque separes de ellos tus manos.”
“En el caso de la mayoría de los seres, los contactos más ligeros y superficiales bastan para contentar nuestro deseo, y aún para hartarlo. Si insisten, multiplicándose en torno de una criatura única hasta envolverla por entero; si cada parcela de su cuerpo se llena para nosotros de tantas significaciones trastornadoras como los rasgos de un rostro; si un solo ser, en vez de inspirarnos irritación, placer o hastío, nos hostiga como una música y nos atormenta como un problema; si pasa de la periferia de nuestro universo a su centro, llegando a sernos más indispensables que nuestro propio ser, entonces tiene lugar el asombroso prodigio en el que veo, mas que un simple juego de la carne, una invasión de la carne por el espíritu”
“Sabía que era depresiva, que entraba y salía de las crisis de ansiedad como quien lo hace de los bares, que su equilibrio mental era bastante inestable, que de equilibrio tenía poco o nada, que era impulsiva, que tenía un carácter melancólico, que no acababa de sentirse a gusto en ningún lado... Pero ya había desistido de tratar de entender el porqué de todo esto, si era aquello enfermedad o simple rasgo de personalidad, si era muy creativa, imaginativa en exceso o sencillamente maníaco-depresiva. Ya no intentaba explicarse a sí misma en términos lógicos.”
“A menudo se usa la historia como una serie de cuentos morales para aumentar la solidaridad de grupo o, cosa más defendible, según mi punto de vista, para explicar el desarrollo de instituciones importantes como los parlamentos y conceptos como la democracia y de ese modo la enseñanza del pasado se ha convertido en algo fundamental a la hora de debatir la forma de inculcar y trasmitir valores. El peligro es que ese objetivo, que puede ser admirable, acabe por distorsionar la historia, ya sea convirtiéndola en un relato simplista en el cual sólo hay blanco y negro, o bien representándola como si todo tendiese hacia una sola dirección, ya sea el progreso humano o el triunfo de un grupo en particular. La historia explicada de este modo aplana la complejidad de la experiencia humana y no deja espacio para las distintas interpretaciones del pasado.”