“—Eres mía, Davinia. Creí que lo había dejado claro hacía mucho tiempo —dijo.—Mi cuerpo es tuyo, sí, pero no el resto —contestó ella, aparentando serenidad. Su actitud le puso más nervioso—. Aún puedo lograr escapar de la sombra de tu amor enfermizo.—¡No! —gritó él, atrayéndola y besándola.Davinia notó el mal sabor que el alcohol le daba a su saliva, y gruñó, arañándole la mejilla con rabia. Christian gritó, alejándola y frotándose la zona afectada, mirándola con los ojos entrecerrados y acuosos. —Jódete, Christian. No puedes venir a mi casa con la única intención de montarme una escena de celos. ¡No soy tuya!—No quiero que salgas con otros hombres —murmuró, sintiendo que algo dentro de su pecho se rompía en pedazos. ¿Su corazón?”
“—¿También se repara el corazón? —Aquella pregunta escapó de sus labios antes de que pudiese reprimirla.Nicolás meditó la respuesta antes de soltarla.—Para eso hace falta algo más que tiempo, pero sí, un corazón puede revivir, Vinne. Ten fe en que tú misma podrás recoger los pedazos y armar el puzzle de forma que a la próxima dure más contra los golpes que reciba. Es lo bueno del corazón: que una vez roto, ya no pueden quebrarlo de nuevo. Como mucho rasguñarlo.”
“Sentía, muy dentro de su maltratado corazón, que jamás podría entregarle a otra persona lo que le pertenecía a Christian. Por muy mal que él la tratase a veces.”
“—No, en realidad no. Soy una buena chica. Decidí hacer este viaje porque quería enamorarme.Le pillé por sorpresa. Abrió mucho los ojos y la boca. Luego sonrió, y cerró los ojos.—Adolescentes, siempre soñando con imposibles.—¡Eh! —Alcé la voz, sonrojándose otra vez—. Enamorarse no es ningún imposible.—Claro que lo es. Amar no es acostarse con el primero que pase.Volví a enrojecer. Rei era tan brusco al decir las cosas. Creo que eso fue lo que me volvió loca de él.”
“Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. ”
“—Ash —dijo, su voz entusiasta—, ¿puedes hacer algo por mí?—Cualquier cosa, Sota. Dilo y es tuyo.—Hazme hermosa.El giró su rostro hacia él y le dio un beso en los labios que prendió fuego a su sangre.Retirándose él le sonrió.—Ya está. Eres la mujer más bella del mundo.Tory se giró hacia el espejo, muriéndose por ver como lucía.Cuando se vio a sí misma, frunció el ceño.No había cambiado.—¡Ash!—¿Qué? — le pregunto inocentemente, tirando de su espalda contra su pecho a fin de quepueda mirarla en el espejo.—No hiciste nada.Su mirada se encontró con la suya y la sinceridad en esos remolinantes ojos de plata laquemaron.—Tú eres la mujer más bella del mundo, Soteria. Esta es la mujer de la que me enamoré y nohay nada acerca de ti que yo cambiaría.Recostándose sobre él, se inclinó para tocar su mejilla.—¿De verdad?—Por supuesto. Y espero que algún día, tengamos una casa llena de niños que luzcan comotú.”
“La primera vez que me topé con Rei nevaba en todo Tokio. Por entonces yo no sabía que mi vida cambiaría de forma radical debido a nuestro encuentro casual, pero realmente no me arrepiento de nada. Incluso hoy, después de veinte años, sé que estaba destinada a terminar entre sus brazos y encontrar el amor en ellos.”