“-¿Desde cuándo te importa una mierda mi bienestar? Creo que estás confundido en cuanto a la naturaleza de nuestra relación. Tú y yo no nos llevamos bien. Tú eres un monstruo psicópata del control. Pretendes darme órdenes y yo deseo matarte. Soy una idiota insubordinada y cabezota. Te vuelvo loco y tú quieres estrangularme.-¡Una vez! ¡Solo lo intenté una vez!-Una es más que suficiente. La cuestión es que no jugamos limpio. Nosotros...Liberó sus brazos de mis rodillas, me atrajo hacia él, ignorando la daga, y me besó.”
“- ¿Tú crees que soy una bruja, Kai? - Yo creo que tú eres Dana. Y no me importa lo demás”
“Llegaste a mi vida y de repente tuve una verdad a la que aferrarme: que yo te amaba y tú me amabas.”
“Es una ilusión ingenua creer que nuestra imagen no es más que una apariencia tras la cual está escondido nuestro yo como la única esencia verdadera, independientemente de los ojos del mundo. Los imagólogos han descubierto con cínico radicalismo que es precisamente todo lo contrario: nuestro yo es una mera apariencia, inaprehensible, nebulosa, mientras que la única realidad, demasiado aprehensible y descriptible, es nuestra imagen a los ojos de los demás. Y lo peor es que no eres su dueño. Primero intentas dibujarla tú mismo, después quieres al menos influir en ella y controlarla, pero en vano: basta con una frase malintencionada y te conviertes para siempre en una caricatura tristemente simple.”
“-Se supone que solo te quedarías con nosotros por tu propio bien, por razones egoístas. Me dijiste que tenías una.-Y la tengo.-¿Y cuál es?-Tú eres mi razón egoísta.”
“«Yo la conozco desde hace más tiempo», decía mi sonrisa. «Sí, tú has estado entre sus brazos, has probado el sabor de su boca, has sentido su calor, y eso es algo que yo nunca he tenido. Pero hay una parte de ella que es solo para mí. Tú no puedes tocarla, por mucho que te esfuerces. Y cuando te deje, yo seguiré estando aquí, haciéndola reír. Y mi luz brillará en ella. Yo seguiré estando aquí mucho después de que ella haya olvidado tu nombre.»”