“Quién me pregunta a mí, quién pregunta alguna vez a personas que piensan por sí mismas y se atreven a vivir, y en qué me habéis convertido, a mí y a tantas otras con esta absurda actitud comprensiva ante cualquier problema, acaso no se le ha ocurrido a nadie que también se asesina a las personas cuando se les priva de la palabra y con ello de la posibilidad de vivir y pensar.”
“Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran.”
“Sin embargo, fui ciego y sordo hasta el momento en que tuve una iluminación como antaño, durante mi infancia, cuando las imágenes, las palabras y las letras cobraron vida para mí. Un día mis ojos se abrieron, me desperté como de un sueño y con el espíritu desbordante de alegría me pregunté: «¿Por qué?» Porque la temida clave de todo verdadero saber es la pregunta: «¿Por qué?» Esta palabra es más fuerte que la caña de Thoth y más poderosa que las inscripciones grabadas sobre la piedra.”
“—¿Por qué estás intentando con tanta fuerza el hacerme pensar que eres una mala persona? —pregunté.—Porque sería mejor para ti tener un sano temor hacia mí de modo que no puedas decir que no fuiste advertida. No soy como los chicos de tu escuela. Piensa en la atracción que sientes hacia las drogas. Así me siento respecto al sexo.Oh.—¿Comienzas a comprenderlo ya? Déjame ser aún más claro. —Su voz bajó mientras me guiaba a través de su trabajo—. Puedo entender a alguien en solo cinco minutos de conversación para saber qué tendría que decir o hacer para atraerlas a la cama. Eso te incluye, aunque admito que estaba fuera de juego anoche. Con alguna personas basta con simple adulación y atención. Con otras toma más tiempo y energía. Hago lo que se necesite para quitarles la ropa, y luego intento hacerlo de modo que nunca estén con otra persona sin pensar en mí. Sé secretos del cuerpo humano que la mayoría de las personas ni siquiera sabe de ellos mismos. Y cuando me voy, sé que están arruinadas cuando comienzan a suplicarme que me quede.”
“¡Qué feliz estoy de ser el rojo! Soy fogoso y fuerte; sé que llamo la atención y que no podeis resistiros a mí.No me oculto: para mí el refinamiento no se manifiesta a través de la decisión y la voluntad. Me expongo abiertamente. No temo a los demás colores, ni a las sombras, ni a la multitud, ni a la soledad. ¡Qué hermoso es llenar con mi fuego triunfante una superficie que me está esperando! Allí donde me extiendo, brillan los ojos, se refuerzan las pasiones, se elevan las cejas y se aceleran los corazones. Miradme: ¡qué hermoso es vivir! Contempladme: ¡qué bello es ver! Vivir es ver. Aparezco en cualquier parte. La vida comienza conmigo, todo regresa a mí, creedme.”
“Soy el peor de los demonios para aquellas mujeres de rostro bonito que carecen de alma y corazón, que se revelan como seres aburridos, frívolos y de mal carácter, sin embargo, con quiénes tienen la mirada diáfana y la lengua elocuente, fuego en el alma, y un carácter flexible que se incline pero nunca se rompe, personas a la vez dúctiles y tiernas, tratables y coherentes, soy siempre considerado y sincero”
“Sólo muy de vez en cuando se puede estar seguro de que se va a vivir para siempre jamás, y ésa es una de las curiosidades de la vida. A veces sucede cuando uno se levanta al amanecer, ese momento de meliflua solemnidad, y se sale al jardín y se queda uno allí quieto y solo; y se levanta mucho la mirada, más y más arriba, y se observa cómo muda de color el pálido cielo azul, sonrojándose, cómo va sucediendo lo insólito y maravilloso, hasta que el Oriente casi le hace a uno clamar, y el corazón parece que cesara de latir ante la inexplicable, imperturbable majestad del sol naciente. Desde hace miles y miles de años, esto es lo que acontece cada mañana, y es entonces cuando durante un instante se sabe que uno va a vivir siempre. Y también se sabe a veces cuando uno está solo en un bosque, a la hora del crepúsculo; y la misteriosa quietud de oro intenso que desciende inclinándose entre las ramas, y bajo ellas, parece que nos dijera muy despacio, una y otra vez, algo que no se termina de entender, por más que se escuche. Y luego a veces nos lo confirma el inmenso sosiego de la oscuridad azul de la noche, en la que nos aguardan y observan millones de estrellas; y a veces nos lo dice una música lejana, y otras, está escrito en unos ojos que nos miran.Y esto mismo le sucedió a Colin cuando, por vez primera, vio y escuchó y sintió la primavera entre los muros de un jardín oculto.”