“Ralph Nimmo carecía de título universitario y se enorgullecía de ello. -Un título [...] es el primer paso de un recorrido calamitoso. Como no quieres desperdiciarlo, pasas al trabajo de graduado y a la investigación doctoral. Terminas por ser un absoluto ignorante de todo, excepto en tu estrechísima especialidad.”
“El hábito no hace al monje y el filósofo no es un título, es una forma necia de ser.”
“- Cierra la boca, Perry -dice Julie, pegándome en el hombro-. La gente aún lee.-¿En serio? -pregunta Nora.-Bueno, yo sí. ¿A quién le importa si hay una industria detrás de ello? Si todo el mundo esta muy ocupado construyendo cosas y disparando a cosas como para alimentar sus almas, que se jodan. Sólo escríbelo en un cuaderno y me lo das. Yo lo leeré.-Un libro para una sola persona -dice Nora, mirándome-. ¿Podría ser que valga la pena?Julie responde por mí. -Por lo menos sus pensamientos sandrán de su cabeza, ¿verdad? Por lo menas alguien los llegaría a ver. Creo que sería hermoso. Sería como ser dueño de un pedacito de su cerebro.”
“Julie y yo nos tumbamos de espalda bajo una manta gruesa, con montones de ropa de colchón en el piso duro como una roca. Es una sensación extraña, el estar tan completamente rodeado por ella. Su aroma de vida está en todo. Julie está en mí y bajo de mí y junto a mí. Es como si toda la sala estuviera hecha de ella." <3”
“Fue siendo alumno de este hombre cuando empecé a preguntarme si los literatos no sufren alguna variedad de desequilibrio mental, desequilibrio que, pensando en el trepidante balanceo nocturno de Albert Vetch, he denominado "el mal de la medianoche". Este mal es un insomnio de origen emocional: el paciente se siente solo en todo momento -aunque escriba al amanecer o a media tarde- como si estuviese echado en un asfixiante dormitorio, con la ventana abierta de par en par, mirando un cielo lleno de estrellas y aviones y escuchando el golpeteo de un postigo, el paso de una ambulancia, el zumbido de una mosca atrapada en una botella vacía, mientras todo el vecindario duerme a pierna suelta. Ese es el motivo por el cual, en mi opinión, los escritores -al igual que quienes padecen insomnio- son tan propensos a sufrir accidentes, se sienten obsesivamente corroídos por el cáncer de la mala suerte y las oportunidades perdidas, tienen tanta predisposición a darle mil vueltas a todo y son incapaces de dejar de pensar en algo que les ronde por la cabeza por mucho que se les inste a ello.”
“La limosna es un acto de caridad; pero la de un niño,además de caridad, es también como una caricia, ¿comprendes? Es como si de su mano se desprendiesen al mismo tiempo una moneda y una flor.Piensa que a ti nada te falta, y que a ellos les falta todo; que mientras tú anhelas ser feliz, ellos se contentan con poder seguir viviendo.”
“Supongo que no hay manera de hacer regresar la nube con forma de hongo a esa bonita y reluciente esfera de uranio.”