“Y así el mal gobernará la tierra, arrebatando cada alma pura y despojándola de todo bien para convertirla en algo sin vida, sin remordimiento y llena de mal hasta el último milímetro.”
“En este mundo no existe ni la bondad absoluta ni la maldad absoluta (...) El bien y el mal no son algo estático e inamovible, sino algo que siempre está cambiando de lugar y situación. La bondad puede convertirse al instante en maldad y viceversa. (...) Lo importante es preservar el equilibrio entre ese bien y ese mal en constante movimiento. Inclinándose demasiado por uno de los dos, resulta difícil mantener la moral de la vida real. Sí, el equilibrio en sí mismo es el bien.”
“Soy el peor de los demonios para aquellas mujeres de rostro bonito que carecen de alma y corazón, que se revelan como seres aburridos, frívolos y de mal carácter, sin embargo, con quiénes tienen la mirada diáfana y la lengua elocuente, fuego en el alma, y un carácter flexible que se incline pero nunca se rompe, personas a la vez dúctiles y tiernas, tratables y coherentes, soy siempre considerado y sincero”
“Hasta la fecha, jamás he perdido la sensación de las contradicciones que hay detrás de todo y el conocimiento. Mi existencia ha sido miserable y complicada, y sin embargo, para otros y en ocasiones incluso para mí, parece haber sido maravillosa.”
“Y algo golpeaba en mi alma, fiebre o alas perdidas, y me fui haciendo solo, descifrando aquella quemadura y escribí la primera línea vaga, vaga, sin cuerpo, pura, tontería pura sabiduría del que no sabe nada, y vi de pronto el cielo desgranado y abierto.”
“Tú eres un granjero, imagínatelo, viviendo solo en la tundra siberiana. Día tras día trabajas la tierra. Hasta donde tus ojos pueden ver, nada. Al norte el horizonte, al sur el horizonte, al este igual, al oeste, más de lo mismo. Cada día cuando el sol sale por el este sales a trabajar la tierra, a medio día descansas y cuando se pone en el otro lado vuelves a casa para dormir. Tu eres un grangero, imagínate. Y un día algo se muere dentro de tí. Día tras día ves el sol salir , atravesar el cielo y meterse en el horizonte y un día algo se rompe y se muere dentro de ti. Tú tirás tu azada y con tu cabeza completamente vacía de pensamientos empiezas a caminar hacia el oeste, hacia la tierra que está detras del sol. Como poseído caminas día y noche sin parar, sin comer ni beber, hasta que exhausto caes derrotado y mueres. Esa esa la Histeria Siberiana. ”