“No se trata de un dolor físico porque nadie la ha tocado, ni uno solo de los hierros que podían haber cortado su piel la ha rozado. Pero también es posible que sí exista un dolor real, que las emociones atrapadas por los sentidos puedan provocar un daño cierto y medible en las profundidades de un cerebro suficientemente vulnerable.”
“Nunca te creas mas listo que nadie por ser un canalla; hasta el hombre más idiota es capaz de cometer un acto de maldad insuperable(...) La crueldad ... es un poder vacío, una moneda de metal brillante con la que no se puede comprar nada.”
“Al final es imposible no sentir lástima de aquel hombre: un tanque de dolor borboteante que se destila en una minúscula y traidora lágrima”
“Y en el comienzo de mi historia, me deslizo a toda velocidad. Pedaleo colina arriba, colina abajo entre campos de arroz. Tengo quince años y una bici de carreras Orbea con la que corto en zigzag los veranos bajo el ímpetu de mis piernas kilométricas. Son los días en los que el vértigo funciona de manera inversa, asaltándome cuando me detengo. Así que vuelo, me escapo. El niño huye del hombre en que se convierte cuando se queda quieto.”
“Los que no deben su prestigio ni a un apellido social ni a un círculo ni a un caudal y se han creado un apellido, un círculo y una renta; los que no han solicitado ni recibido mercedes y pueden, sin embargo, dispensarlas; los que no han inclinado la frente por un aplauso y lo han arrancado por la fuerza, solo éstos, espíritus hechos de Esperanza, de Fe, de Dolor, de Soledad y de Energía, tienen el derecho de ser libres, autónomos, orgullosos y rebeldes.”
“Es una palabra. Las palabras son pálidas sombras de nombres olvidados. Los nombres tienen poder, y las palabras también. Las palabras pueden hacer prender el fuego en la mente de los hombres. Las palabras pueden arrancarles lágrimas a los corazones más duros. Existen diez palabras que minarán la más poderosa voluntad de un hombre. Pero una palabra no es más que la representación de un fuego. Un nombre es el fuego en sí.”
“Que un protestante se muera en domingo lo entiendo, siendo Lutero el diablo. ¿Pero un católico?. Tampoco entiendo que los terremotos tumben iglesias, y con gentecita devota adentro.¡Qué! ¿No estamos los católicos seguros ni en las iglesias, a salvo de la ira de Dios? Está uno tranquilo en una iglesia escampándose del aguacero o de la música disco cuando ¡pum! le da al Otro por temblar, por tirarle a uno el techo encima, las torres y los candiles, el pararrayos y el reloj. Vivir en sí es un peligro y en las iglesias ni se diga con la protección de arriba.”