“Si nos hubiésemos amado más… seríamos felices. Si nos hubiésemos amado más… no estaríamos llorando a escondidas”
“Pienso que sólo debemos leer libros de los que muerden y pinchan. Si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como un puñetazo en la cara, ¿para qué molestarnos en leerlo? ¿Para que nos haga felices, como dice tu carta? Cielo santo, ¡seríamos igualmente felices si no tuviéramos ningún libro! Los libros que nos hagan felices podríamos escribirlos nosotros mismos, si no nos quedara otro remedio. Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a los bosques más remotos, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado dentro de nosotros. Eso es lo que creo”.”
“... si nos tuvieran que juzgar por nuestros padres y nuestros abuelos, más valdría que todos nos empaláramos en rocas aserradas.”
“Si supiéramos que una persona iba a morir, retendríamos con más intensidad los recuerdos que nos quedan de ella.”
“Haber sido amado tan profundamente, aunque esa persona que nos amó no esté, nos deja para siempre una protección.”
“Todavía oigo aquella sandez del «mejor haber amado y haber perdido». Otra mentira más. Créanme si les digo que no es mejor. Que no me enseñen el paraíso para cerrarlo después.”