“En algún momento, los sonidos se volvieron más audibles y los colores de los vestidos atrajeron su atención. Poco a poco comenzó a tomar conciencia de las personas que la circundaban y de los diálogos que se entablaban. Las imágenes, sin embargo, se sucedían lentamente, como si ocurrieran bajo el agua, más parecidas a las escenas confusas de un sueño que a la realidad. Nada la habría preparado para aquel instante, ni siquiera saber que se toparía con él después de más de seis años.”