“¿Sabes por qué te quiero? No sabía que estaba perdido hasta que tú me encontraste. No sabía lo que era estar solo hasta la primera noche que pasé sin ti en mi cama. Tú eres lo único que he hecho bien. Tú eres lo que he estado esperando, Pigeon.”
“Tú eres lo único que más quiero en el mundo, sin embargo lo único que no puedo tener. Porque tenerte completamente sería imposible. No puedes ir donde yo voy.”
“¿No entiendes la comparación? Tú eres mi agua Perrier. —Se dejó caer un poco más sobre ella—. Hacer el amor contigo es lo único que sacia mi sed. ¿Por qué iba a cambiarlo por toda el agua del mar? —Gabriel le presionó las caderas con las suyas—. Ella no puede ofrecerme nada que me interese. —Bajó la cara hasta que sus narices se rozaron—. Y tú eres preciosa. Cada parte de tu cuerpo es una obra de arte, desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Eres la Venus y la Beatriz de Botticelli. ¿Tienes idea de lo mucho que te adoro? Te adueñaste de mi corazón la primera vez que te vi, a los diecisiete años.”
“—Cuando dije que no tenía opción excepto ayudarte, lo dije en serio. No había otra opción, porque tú eres la única opción. No confío en nada por el momento. Pero de lo que sí estoy seguro, en lo único en lo que tengo confianza...—se detuvo por una fracción de segundo—... es la manera en que me siento por ti.”
“—También te amo —dijo él, retrocediendo después de un momento—. Creo que te he amado desde hace meses. Nunca he creído en el amor a primera vista, pero sí creo en el destino. Cada situación de mierda que has tenido que superar te trajo hasta aquí. Nunca he sentido esto por nadie, y es porque he estado esperando por ti, no lo sabía hasta que llegaste aquí.”
“Ni siquiera sabía si lo lograría o no, sólo quería estar donde tú estuvieras, donde sea que eso signifique. De la única cosa de la que estoy asustado es de una vida sin ti, Pigeon.”