“Los humanos juraban cumplir su palabra poniendo por testigos a los dioses, pero ¿ante quién podrían jurar los propios inmortales?”
“Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano”
“Separarse de la tierra y contemplarla desde arriba como los dioses es una blasfemia. No podemos ser dioses... pero podemos llegar a ser menos que humanos con aterradora facilidad.”
“Los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido”
“Los dioses no nos condenan, nos condenamos nosotros mismos con nuestras palabras y acciones.”
“¿Quién puede entender los mil hilos que unen las almas de los hombres y el alcance de sus palabras?”