“He pensado lo siguiente: para que el suceso más trivial se convierta en aventura, es necesario y suficiente contarlo.”
“Algo comienza para terminar; la aventura no admite añadiduras; sólo cobra sentido con su muerte. Hacia esta muerte, que acaso sea también la mía, me veo arrastrado irreversiblemente. Cada instante aparece para traer los siguientes. Me aferro a cada instante con toda el alma; sé que es único, irreemplazable, y, sin embargo, no movería un dedo para impedir su aniquilación.”
“sólo el perro o el caballo podrían emitir un juicio de conjunto sobre el hombre y declarar que el hombre es asombroso, lo que ellos no se preocupan de hacer, por lo menos que yo sepa. Pero no se puede admitir que un hombre pueda formular un juicio sobre el hombre.”
“¡Qué tonto eres! Naturalmente, no he necesitado verte, si eso es lo que quieres decir. Ya sabes que no tienes nada regocijante para los ojos. Necesito que existas y que no cambies. Eres como ese metro de platino que se conserva en alguna parte, en París o en los alrededores. No creo que nadie haya tenido deseos de verlo.”
“Y se acerca el día en el que se dirá, cerrando el último volumendel último estante del extremo izquierdo: “¿y ahora?”
“Existo. Es algo tan dulce, tan dulce, tan lento. Y leve; como si se mantuviera solo en el aire. Se mueve. Por todas partes, roces que caen y se desvanecen. Muy suave, muy suave”
“Quizá no haya nada en el mundo que me interese tanto como este sentimiento de aventura. Pero viene cuando quiere; y se va tan rápido, que me deja agotado. ¿Me hará estas breves visitas irónicas para demostrarme que he frustado mi vida?”