“Aquel chico no iba a traerme nada bueno… pero no podía respirar. Nuestros labios estaban tan cerca que quería aproximarme para que se encontrasen a medio camino. Quería saber si eran tan suaves como parecían…—¡Hola, chicos! —exclamó Dee.Daemon se echó hacia atrás rápidamente, dejando un buen trecho entre nosotros, para que pasara el aire.”
“Pensó en incorporarse, pero la muchcha tenía un rostro tan dulce que temía despertarla. Tan cerca y tan lejos. Aunque lo intentaba con todas sus fuerzas, no lograba que los sentimientos hacia ella desaparecieran. Había reducido sus conversaciones al mínimo y cada vez caminaban más distanciado, pero ni así podía quitársela de la cabeza. Sintió un impulso: quería besarla.El errante inclinó ligeramente su cuello con la esperanza de que Lan no se moviera si un milímetro y acercó sus labios a los de la muchacha para sentir su aliento.Era cálido.De inmediato, se percató de queela estaba poniendo en peligro y se retiró. Tenía que ser fuerte, sabía que un simple beso no la mataría, pero podía herirla gravemente.En aque instante envidió a Nao. Deseó haber nacido Salviano, para no tener que cargar con esa horrible maldición que lo apartaba de alguien cada vez más importante para él. Se angustió al pensar que aún tenían numerosos peligros que sortear y que, sin importar lo que ocurriera, seguiría sin poder protegerla entre sus brazos.”
“Joshua se quedó asombrado. Pero no tan asombrado como yo por lo que acababa de decir. No hacía ni veinte horas que había plantado a Sven en el altar, ¿y ya quería salir con un tío sólo para verle reír?”
“—Bueno, ¿dónde se supone que está el corazón? —preguntó dicha parienta.¿Betty White? ¿Iba a por Betty White?Mis manos se levantaron por instinto para protegerla. Era muy frágil. Muyvulnerable. Y la señora Beecher quería clavarle un punzón para el hielo. De eso nada.”
“Uno de los descubrimientos mas extraordinarios de este siglo ha sido el que los pensamientos son tan poderosos como las pilas eléctricas, tan buenos como la luz y tan peligrosos como el veneno. si permitimos que un pensamiento triste o malo se introduzca en nuestra mente es tan arriesgado como dejar que un virus se apodere de nuestro cuerpo. Si se le permite quedarse, es posible que no podamos desprendernos nunca mas de èl.”
“Existo. Es algo tan dulce, tan dulce, tan lento. Y leve; como si se mantuviera solo en el aire. Se mueve. Por todas partes, roces que caen y se desvanecen. Muy suave, muy suave”