“Hermoso rostro. Hermoso cuerpo. Horrible actitud. Era la santa trinidad de los chicos sexys.”
“Tenía una risa ruidosa y grave. Bastante sexy. Ay, Dios. Tuve que apartar la vista. Seguro que era de ese tipo de chico que iba rompiendo corazones por ahí. Tenía mucho peligro. Y no de ese peligro que es divertido, porque además era un imbécil. Y a mí los imbéciles no me van. No quiero tener nada con ellos. En realidad, no es que yo tenga nada con nadie, pero…”
“Sus ojos buscaron los míos.—Gracias.—¿Por qué? —Me encantó la sensación de sus brazos alrededor de mí y cómo encajé contra él, duro contra blando.Pasó sus dedos sobre mi brazo, y quedé impresionada con la forma en que podía hacerme temblar.—Por todo —dijo.Regocijo aumentó dentro de mi pecho, y mientras estábamos en los brazos del otro, nuestras respiraciones salían entrecortadas, nuestros cuerpos entrelazados, todavía no podíamos conseguir lo suficiente el uno del otro. Nos besamos. Hablamos. Vivimos.”
“— Lo encontraste? —le pregunté adormilada.Su mano se deslizó sobre su pecho. —¿Encontrar qué, Kitten?—¿Lo que buscabas?Los ojos de Daemon se abrieron y me sostuvo la mirada. La hinchazón regresó en mi pecho, extendiéndose a través de mi cuerpo. Hubo un aumento de algo ¿entusiasmo? en mi bajo vientre mientras el silencio se prolongó durante lo que pareció una eternidad. —Sí, a veces, creo que lo hice.”
“Pasara lo que pasara, siempre me quedaban los libros. Eran mi válvula de escape, a la que recurría sin dudarlo”
“Dee, creo que si me mira es porque está tramando un plan para asesinarme y esconder mi cuerpo.—No es verdad. No te mira así.Tiró el libro fuera de la cama y se puso de rodillas, colocándose las manos sobre el pecho.—Te mira como diciendo «te odio pero te quiero…»”
“Era un problema que había llegado a nuestra puerta, envuelto y con lazo.Y lo peor de todo es que era del tipo de problemas que me gustaban.”