“Kat, no voy a hacerte daño —me hablaba con suavidad, pero había un matiz de rabia en su voz mientras intentaba que me tranquilizara sin hacerme daño—. Nunca podría hacerte nada malo.”
“Eres mía ahora. Mientras camines en la Tierra me perteneces. Nada puede hacerte daño. —Oí un toque de humor en su voz. —Es prácticamente imposible hacer daño a lo que la Muerte protege.”
“Siempre dije que mi mente era mi peor enemiga... que nadie podría hacerme más daño del que podría hacerme yo misma. Pero creí morir cada vez que alguna de las personas que amaba me abandonaba.”
“Nunca como en esta hora me parecía que me había hecho tanto daño la simple razón de tener que vivir.”
“No puedo prometer que no te volveré loca. No puedo prometer que no voy a hacerte daño. Todo lo que puedo prometer es que te quiero en mi vida, y voy a hacer cualquier cosa para mantenerte allí.”
“La experiencia me ha enseñado que la mejor forma de protegerte es hacer creer a tus enemigos que no pueden hacerte daño.”