“...no soy el tipo de persona que huye de algo, no importa lo difícil que sea. Preferiría plantar la cara contra una pared de ladrillos que vivir por el resto de mi vida preguntándome cómo pudo haber sido.”
“—¿Pero sabes en qué pensé todo el día de ayer? ¿Durante la noche? ¿El único pensamiento del que no pude escapar, sin importar cuán enojado estoy contigo?—No, —susurré.—Que soy afortunado, porque la persona que no puedo sacar de mi cabeza, la persona que significa más para mí de lo que puedo soportar, aún está viva.”
“-... Pero ¿sabes en que pense todo el día ayer? un pensamiento que no me puedo evitar no importa cuan disgustado estoy contigo.-No.-Que tengo suerte porque la persona que no puedo sacar de mi cabeza, la persona que significa más para mi de lo que puedo soportar aun está viva, ella está todavía allí, y esa eres tu.”
“— Lo encontraste? —le pregunté adormilada.Su mano se deslizó sobre su pecho. —¿Encontrar qué, Kitten?—¿Lo que buscabas?Los ojos de Daemon se abrieron y me sostuvo la mirada. La hinchazón regresó en mi pecho, extendiéndose a través de mi cuerpo. Hubo un aumento de algo ¿entusiasmo? en mi bajo vientre mientras el silencio se prolongó durante lo que pareció una eternidad. —Sí, a veces, creo que lo hice.”
“— Estaba por aquí y punto.—Y yo que pensaba que erais atentos y encantadores.Frunció el ceño.—¿De quienes hablas?—De los caballeros de brillante armadura, esos que salvan a las damiselas en apuros. —Me calle. Creo que me había dado un golpe en la cabeza.—Yo no soy tu caballero andante.—Lo sé —susurré.”
“—Vamos, con alguien que luce como tú, probablemente hay una fila de chicas esperando llevarte a casa.—¿Y? —Estiró la mano, jalando el borde de sus vaqueros—. Estoy aquí contigo, ¿no?—Sí, lo estás —Frunció el ceño—. Algunas veces me pregunto por qué.Dawson la miró fijamente por un momento, luego se rió. No podía estar hablando en serio. No había manera que no supiera lo linda que era y como su risa atraía a las personas.”
“Sus ojos buscaron los míos.—Gracias.—¿Por qué? —Me encantó la sensación de sus brazos alrededor de mí y cómo encajé contra él, duro contra blando.Pasó sus dedos sobre mi brazo, y quedé impresionada con la forma en que podía hacerme temblar.—Por todo —dijo.Regocijo aumentó dentro de mi pecho, y mientras estábamos en los brazos del otro, nuestras respiraciones salían entrecortadas, nuestros cuerpos entrelazados, todavía no podíamos conseguir lo suficiente el uno del otro. Nos besamos. Hablamos. Vivimos.”