“... respecto al origen del mundo, si es que lo tuvo, no nos queda más remedio que aceptar que nunca sabremos cómo ocurrió y que Dios es una explicación necia que no explica nada pues es tan difícil imaginar la eternidad suya como la de la materia. Dios es la vuelta del bobo: lo postulamos para entender cuanto no entendemos, pero sin entenderlo a Él.”