“Amigo mío:¿necesitaré decírtelo, a ti que has sufrido más de una vezviéndome pasar de la tristeza a la alegría más alborotadora,y de una dulce melancolía a la pasión más violenta? Tratoa este pobre corazón como a un niño enfermo, le concedocuanto me pide. No se lo cuentes a nadie, que no faltaríaquien dijese que con ello cometo un crimen”
“¿Por qué no he de confesar mi angustia en este momento en que mi ser tiembla y fluctúa entre la vida y la muerte, en que el pasado se proyecta como un relámpago en el sombrío abismo del porvenir, en que todo lo que me rodea se desploma y en que el mundo parece acabarse conmigo? ¿No reconoces la voz de la criatura extenuada, desfallecida, que se hunde sin remedio, y a pesar de su inútil lucha, gritando con amargura...”
“Desde qué ando todo el día entre la gente y veo lo que hacen y como se afanan, estoy mucho más contento de mi mismo”
“Hay ocasiones en que no comprendo cómo puede amar a otro hombre, cómo se atreve a amar a otro hombre, cuando yo la amo con un amor tan perfecto, tan profundo,tan inmenso; cuando no conozco más que a ella, ni veo más que a ella, ni pienso más que en ella.”
“Sólo Dios sabe cuánto me cuesta mirar y remirar tantos encantos, sin atreverme a extender mis manos hacia ella. Apoderarse de lo que se ofrece a nuestra vista y nos embelesa, ¿no es un instinto propio de la humanidad? ¿No se esfuerza el niño por coger cuanto le gusta? Y yo..?”
“¿No es más bien [el mal humor] un despecho oculto, hijo de nuestra pequeñez; un descontento de nosotros mismos, mezclado siempre con alguna envidia, excitada por alguna loca vanidad? Vemos gente feliz que no nos debe su felicidad, y esto nos es insoportable.”
“¿Es que tenía que ser así, que lo que hace la felicidad del hombre sea también la fuente de su desdicha?”