“Desde qué ando todo el día entre la gente y veo lo que hacen y como se afanan, estoy mucho más contento de mi mismo”
“¿Por qué no he de confesar mi angustia en este momento en que mi ser tiembla y fluctúa entre la vida y la muerte, en que el pasado se proyecta como un relámpago en el sombrío abismo del porvenir, en que todo lo que me rodea se desploma y en que el mundo parece acabarse conmigo? ¿No reconoces la voz de la criatura extenuada, desfallecida, que se hunde sin remedio, y a pesar de su inútil lucha, gritando con amargura...”
“¡Un ángel! ¡Bah! Todos dicen lo mismo de la que aman,¿no es verdad? Y, sin embargo, yo no podré decirte cuánperfecta es y por qué es perfecta; en resumen, haesclavizado todo mi ser.”
“Amigo mío:¿necesitaré decírtelo, a ti que has sufrido más de una vezviéndome pasar de la tristeza a la alegría más alborotadora,y de una dulce melancolía a la pasión más violenta? Tratoa este pobre corazón como a un niño enfermo, le concedocuanto me pide. No se lo cuentes a nadie, que no faltaríaquien dijese que con ello cometo un crimen”
“Sólo Dios sabe cuántas veces me he dormido con el deseo y la esperanza de no despertar jamás. Y al día siguiente abro los ojos, vuelvo a ver la luz del sol y siento de nuevo el peso de mi existencia.”
“Suelo decirme a mí mismo: Tu destino no tiene igual: comparados contigo, los demás hombres son felices; porque jamás mortal alguno se vio atormentado como tú. Entonces leo a cualquier poeta antiguo y me parece que es el libro mi propio corazón. ¡Qué! ¿Aún me queda tanto que sufrir? ¿Y antes que yo ha habido hombres tan desgraciados?”
“¡Siento tantas cosas..., y mi pasión por ella lo devora todo! ¡Tantas cosas! . . . ¡Y sin ella todo se reduce a nada!”