“Sólo Dios sabe cuánto me cuesta mirar y remirar tantos encantos, sin atreverme a extender mis manos hacia ella. Apoderarse de lo que se ofrece a nuestra vista y nos embelesa, ¿no es un instinto propio de la humanidad? ¿No se esfuerza el niño por coger cuanto le gusta? Y yo..?”
“Cuando volvíamos al hospital le pregunté: "¿Por qué te gusta tanto mirar coches, Marc?". Me miró y contestó: "¿Por qué os gusta tanto mirar el sol?". Yo le dije que no mirábamos al sol sino que el sol era lo que nos proporcionaba... que nos bronceábamos... que era agradable... que... La verdad es que no sabíamos por qué mirábamos el sol.No juzgar; ésa fue la gran lección que aprendí ese día de aquel niño. (...) Encuentra lo que te gusta mirar y míralo.”
“Le nace a uno cierta melodía, la canta uno silenciosamente, en el interior solamente; toda la naturaleza individual se posesiona de la tonada y se deja uno llevar por ella por su fuerza y emotividad, y lo notable es que mientras se adueña de uno se olvida lo fortuito, lo banal y lo burdo, nos armoniza con el universo y nos da fuerzas y alas contra nuestra torpeza y depresiones.”
“El problema es que el niño es una esponja que registra y absorbe indiscriminadamente todo lo que ve [...] El niño formado en la imagen se reduce a ser un hombre que no lee, y, por lo tanto, la mayoría de las veces, es un ser «reblandecido por la televisión», adicto de por vida a los videojuegos.”
“El amor no es una posibilidad, no se debe a nuestra iniciativa, es sin razón, nos invade y nos hiere y, sin embargo, el yo sobrevive en él. Una fenomenología de la voluptuosidad -la voluptuosidad no es un placer cualquiera, porque no es un placer solitario como el comer o el beber-, parece confirmar nuestro punto de vista sobre el papel y el lugar excepcionales representados por lo femenino, y sobre la ausencia de toda fusión en el erotismo.”
“Un poema sólo es tal cuando existe en lo habitual. Desde el momento en que un poema se convierte en algo habitual, no emociona, no maravilla, no inquieta más, y deja, por lo tanto, de ser un poema, pues inquietar, maravillar, emocionar nuestras raíces es lo propio de la poesía.”