“Aquí en la frontera, caen las hojas. Aunque mis vecinos son todos bárbaros, y tú, tú estás a mil kilómetros de aquí, siempre hay dos tazas en mi mesa.”
“Pero ya entonces me parecía muy lejana, aunque no en la distancia ni en el tiempo, sino en alguna dimensión para la que no tenemos nombre. En la realidad, quizás.”
“Siempre hay tres partes de un recuerdo, la tuya, la de los demás, y la verdad, que está en algún sitio en medio de las otras dos.”
“Pero aquí está la verdad: En las películas, nunca es ni la mitad de maravilloso como lo es aquí y ahora, con Jase.”
“Y cuando pienso en ti me olvido de todo lo demás. Pero después me arrepiento porque sé que no está bien, sin embargo, sigues ahí. Siempre tú, siempre tú… ”
“Y, sin embargo, mentiría si dijera que la extraño. Es el hechizo más perfecto y más doloroso. Usted está aquí, igual que yo y con mayor intensidad aún; allí donde yo estoy, está usted, como yo y más intensamente aún. No bromeo. A veces imagino que usted -que está aquí- extraña mi presencia y pregunta: "¿Pero dónde está? ¿Acaso no escribía diciendo que estaba en Merano? [...] El día es tan corto. Transcurre y termina con usted y fuera de usted sólo hay unas pocas nimiedades. Apenas me queda un rato para escribirle a la verdadera Milena, porque la Milena más verdadera aún ha estado aquí todo el día, en la habitación, en el balcón, en las nubes.”
“Ella ya sólo existe en mis recuerdos. Se ha ido de mi lado. Estaba aquí, pero ha desaparecido. Y allí no hay término medio. Donde no hay lugar para el compromiso no puede haber un término medio. Los quizá tal vez existan al sur de la frontera. No al oeste del sol.”