“Cuando los adultos dicen: “Los adolescentes piensan que son invencibles”, con esa sonrisa mañosa y estúpida en sus rostros, no saben cuán en lo correcto están. Necesitamos no perder nunca la esperanza, porque nunca nos podemos romper de manera irreparable. Pensamos que somos invencibles porque los somos. No podemos nacer y no podemos morir. Como toda la energía, sólo podemos cambiar formas, tamaños y manifestaciones. Ellos olvidan eso al envejecer. Temen perder y fracasar. Pero esa parte nuestra, más grande que la suma de nuestras partes, no puede nacer y no puede morir, así que no puede fracasar.”
“Porque no podemos percibir la sustancia de la que nuestra realidad está hecha, eso ya lo sabemos. No podemos saber si nuestra realidad exterior está hecha de ondas de sonido o de papel y escritura. Según Berkeley sólo podemos saber que somos espíritu.”
“El Enemigo es una parte de Ágape y está allí para poner a prueba nuestra mano y nuestra voluntad en el manejo de la espada. Fue colocado en nuestras vidas, y nosotros en la vida de él, con un propósito. Este propósito tiene que ser satisfecho. Por eso, huir de la lucha es lo peor que puede sucedernos. Es peor que perder la lucha, porque en la derrota siempre podemos aprender algo, pero en la fuga todo lo que logramos es declarar la victoria de nuestro Enemigo.”
“Aunque moverse duela como una enfermedad. La mirada se detiene en los rostros que murmuran y no puedes oír lo que están diciendo porque en tu cabeza, el estruendo de los gritos es demasiado fuerte. Aun así, deja que te tiren del brazo y que te suban al coche, y sigues. Porque puedes cuando alguien te dice que puedes.”
“En tanto que nosotros hemos preferido siempre adaptar nuestra economía y tecnología a los seres humanos, no nuestros seres humanos a la economía y tecnología de otros. Importamos lo que no podemos fabricar; pero fabricamos e importamos sólo lo que podemos permitirnos. Y lo que podemos permitirnos está limitado, no sólo por las libras, marcos y dólares que poseemos, sino también, y principalmente... principalmente por nuestro deseo de ser felices, nuestra ambición de ser humanos.”
“Siempre necesitamos saber, cuando ya no podemos. Y cuando más nos urge, porque también nosotros, como nuestros abuelos, […] somos polvo de estrellas. Y de la misma manera, al recordar, temblamos como tiemblan las estrellas.”