“No estoy diciendo que esto va a compensarte por ello. Voy a intentar, intentar realmente, para hacerte confiar en mí otra vez. Quiero que confíes en mí. Es que... no pude dormir anoche sin ti. Fue la cosa más extraña estar solo en el cuarto sin ti. No podía oír tu respiración, y tu risa se había ido. Te habías ido, y fue como si una parte de mi vida hubiera desaparecido. Una gran parte. Tropecé al ir al baño y me golpeé la cabeza. ¿Ves? —Señaló una preciosa herida en su frente—. Y luego me quemé la mano en el horno tostador. Después mi coche no arrancó. De nuevo. Nunca he tenido tanta mala suerte en mi vida.”