“Me gusta la lluvia antes de caer. Ya sé que no existe. Por eso es mi favorita. Porque no hace falta que algo sea de verdad para hacerte feliz, ¿no?.”
“Voy a pasar eso por alto, Z. Pero sólo porque sé cuánto te gusta que te golpeen, y no estoy de humor para hacerte feliz.”
“Reconozco que ya sea por mi condición, o mi falta de sensibilidad, podría decirse que había perdido cierto tacto con la gente.. Quizás me había vuelto algo... impreciso.”
“Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo. Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas.”
“—Oh, creo que ya sé la respuesta, por si acaso.—¿La respuesta a qué?—La pregunta. La pregunta que deberías preguntarte antes de involucrarte con alguien. No era “¿Podrá él o ella hacerte feliz?” se trata de “¿Sacaré lo mejor de mí, estando con él?”
“Me gusta la lluvia porque todo lo moja y purifica, porque hace que las cosas malas se vayan y me llene de un nuevo aire de esperanza. Me encanta la lluvia porque produce música y los charcos donde las gotas repican. Me gusta la lluvia porque parece que los ángeles lloran y sus lágrimas caen sobre mi cara para esconder mis propias lágrimas. Y al final de todo miro hacia arriba, donde las nubes gordas se juntan y sonrío...”