“El zombie ha conseguido apropiarse de su propia muerte, y prolongarla en el tiempo como acontecimiento. ¿Saben los zombies que son zombies? ¿Saben, acaso, que están muertos?”
“Luego, dirigiendo una postrer mirada sobre aquel apuesto joven, que tendría lo más veinticinco años y a quien dejaba anegado en su sangre, privado de sentido y quizá muerto, suspiró pensando en el extraño destino que obliga a los hombres a destruirse unos a otros por los intereses de personas que les son extrañas en absoluto, y que algunas veces ni siquiera saben que existen.”
“Recuerda que existen dos tipos de locos: los que no saben que van a morir y los que olvidan que están vivos.”
“Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes...y los frutos tienen una forma de caerse en la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.”
“Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.”
“...lo económico por necesidad toma lugar en el tiempo, es decir, es temporal. Dicho de otro modo, los hechos o datos o acontecimientos que el economísta utiliza para sus fines ocurren todos en el tiempo, en el tiempo histórico. No hay, en efecto, diferencias de naturaleza entre el carácter temporal de un evento que sucedió hace veinticuatro horas y uno que sucedió hace dos siglos. Ambos son perfectamente fait accompli. Queda, desde luego, la actitud que suele provocar -en no pocos- el tiempo más contemporáneo, de discutir los hechos y sus consecuencias como si no estuvieran ya consumados, y sólo porque se tiene información acerca de las opciones que estaban abiertas y que no se adoptaron.”