“El amor, madre, a la patriano es el amor ridículo a la tierra,ni a la yerba que pisan nuestras plantas;Es el odio invencible a quien la oprime,es el rencor eterno a quien la ataca”
“Es como la elegancia, mi María, que está en el buen gusto, y no en el costo. La elegancia del vestido,-la grande y verdadera,-está en la altivez y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco. Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe hermosa, y la belleza hecha echa luz.”
“No es la violencia quien desarraiga el odio, ni la venganza quien lava la injuria”
“Mucho, señora, daríaPor tender sobre tu espaldaTu cabellera bravía,Tu cabellera de gualda:Despacio la tendería,Callado la besaría.Por sobre la oreja finaBaja lujoso el cabello,Lo mismo que una cortinaQue se levanta hacia el cuello.La oreja es obra divinaDe porcelana de China.Mucho, señora, te dieraPor desenredar el nudoDe tu roja cabelleraSobre tu cuello desnudo:Muy despacio la esparciera,Hilo por hilo la abriera”
“Ciertamente, el amor es la madre de la sabiduría, pero la pasión lo es de la estupidez.”
“!Oh, amigo, escúchame! La muerte no existe , no es nada. Ni si quiera se puede comprender. La vida es la vida, y sigue la ley de la vida: el progreso. Tenías ayer una madre en la tierra; hoy tienes un ángel en otra parte. Todo lo que es bueno sobrevive, con mayor potencia, a la vida terrena. Por consiguiente, también el amor de tu madre.”
“El amor es una enfermedad en un mundo en que lo único natural es el odio”