“Le confesé que tenía notas para una novela que trataba de eso, de un tipo que se moría de pequeño, en el patio del colegio, pero que no decía nada a nadie por discreción, por delicadeza, por no joder, en suma, y fingía que continuaba vivo.”
“Por desgracia, él no se conformaba con besarme, siempre quería meterme la mano por debajo del jersey. Yo no se lo permitía porque pensaba que ya había tiempo para eso. Una opinión que él no compartía. Por eso, en una fiesta de confirmandos, metió la mano debajo del jersey de otra, justo delante de mis ojos. Y el mundo que yo conocía acabó en aquel momento.”
“Mi madre hablaba mucho del carácter de las personas-dije-. Me dijo que se podía saber el carácter de alguien por el tipo de amigos que tenía. Y si eso es verdad, yo tengo que ser una persona fantástica.”
“Tenía una risa ruidosa y grave. Bastante sexy. Ay, Dios. Tuve que apartar la vista. Seguro que era de ese tipo de chico que iba rompiendo corazones por ahí. Tenía mucho peligro. Y no de ese peligro que es divertido, porque además era un imbécil. Y a mí los imbéciles no me van. No quiero tener nada con ellos. En realidad, no es que yo tenga nada con nadie, pero…”
“Si pudiera descubrir porqué se encasillan, podría averiguar por qué yo no lo hago, por qué me he convertido en una chica invisible. El tipo de chica que tiene unos cuantos amigos y un montón de conocidos, pero no pertenece a nada en concreto. Supongo que ser invisible es mejor que fingir formar parte de algo; pero no te hace sentir menos solo.”
“Nadie en mi familia es rico, pero parece que todos ahorran lo necesario para este tipo de eventos, y todos fingimos que somos ricos por un día.”