“Puso su mano debajo de mi barbilla y me levantó la cara para que le mirara, estaba sonriendo con su bonita sonrisa. —Puedo esperar tanto tiempo como desees. Realmente estoy loco por ti, no se trata de sexo —dijo con ternura, haciendo que mi corazón comenzase a correr. ¿Hablaba en serio o se trataba de un truco así me rendía antes? —¿Y si te digo que no creo en lel sexo antes del matrimonio? —le pregunté, poniéndolo a prueba. Sus ojos brillaron con diversión, pero mantuvo su rostro serio. —Entonces te diría que nos casáramos tan pronto como fueras mayor de edad. Dieciocho años es la edad legal, ¿verdad? —respondió, guiñándome un ojo.”