“Oh, claro, no me malinterpretes. Estoy a favor de andar a los cinco rincones de Nuncajamás siendo perseguido por enojadas Reinas de Verano, de entrar al sótano de un ogro, de luchar con arañas gigantes, de jugar a las escondidas con un irritable dragón, buenos tiempos. Pero este es como el sexto lugar a donde hemos ido a buscar a ese miserable gato, y si no está aquí estoy casi asustado de a dónde vamos a ir a continuación”
“Ya sabes cómo suceden las cosas -prosiguió-. Va una por la vida de una manera insípida, aburrida, y entonces, de pronto, un rostro se destaca de la muchedumbre de conocidos, un rostro al que estás segura de reconocer, como si fuera el rostro de un amigo aunque nunca lo hayas visto. Casi parece como si te encontraras de pronto con alguien a quien anduviste buscando mucho tiempo, y a quien recuperas con gran alegría. Bueno, pues los amigos son así... Son muy pocos, sin duda, aunque después de todo son esos pocos los que de verdad importan. A los amigos así no los pierdes, por mucho que estén ausentes, o incluso... muertos.”
“Pensando en eso esta noche, con el corazón y el estómago hechos papilla, me digo que al fin de cuentas quizá sea eso la vida: mucha desesperación pero también algunos momentos de belleza donde el tiempo ya no es igual. Es como si las notas musicales hicieran una suerte de paréntesis en el tiempo, una suspensión, otro lugar aquí mismo, un siempre en el jamás.Si, eso es, un siempre en el jamás.”
“–No creo que puedas luchar porque estás usando un vestido de novia, –dijo Jem. –Por si sirve de algo, yo no creo que Will pueda luchar con ese vestido tampoco. –Quizás no, –dijo Will, que tenía las orejas como las de un murciélago. –Pero yo sería una novia radiante”
“Alina era tan poco aficionada a todas esas fruslerías sobrenaturales como yo. A ambas nos encantaba leer y ver una película de vez en cuando, pero siempre nos decantábamos por los misterios corrientes, las historias de suspense o las comedias románticas, nunca por las extravagancias de lo paranormal.¿Vampiros? ¡Puaj! Muertos, y con eso ya está dicho todo. ¿Viajar en el tiempo? Ja, yo prefiero las comodidades domésticas a tener que andar por ahí con un highlander que parece un armario ropero y tiene los modales de un cavernícola. ¿Hombres lobo? Oh, por favor, ¡que memez! ¿Qué mujer va a querer enrollarse con un hombre que está regido por su perro interior? Como si todos los hombres no lo estuvieran de todas formas, incluso sin el gen licantrópico.”
“¿Por qué estás aquí, Grim?" "¿No es obvio?" Bostezó Grimalkin y miró a cada uno de nosotros a su vez. "Por la misma razón por la que siempre estoy aquí, humana. Para evitar que caigas en un agujero oscuro o vagues en un nido de arañas gigantes.”