“No, no son las palabras, son lo que está en las palabras, esa especie de cola de pegar, esa baba.”
“Son como palabras elementales que me obsesionan por las noches, y con ellas construyo frases. Pero la verdad está en las palabras elementales: la ciudad, la libertad, los amigos, el aire. Todo eso la vida nos lo da y no tiene valor... ¿Cómo te lo diría? Es igual que unas monedas en nuestras manos. Y un día te das cuenta de que has perdido esas monedas y ya no las vas a recuperar. Nadie te las dará de limosnas.”
“Es una palabra. Las palabras son pálidas sombras de nombres olvidados. Los nombres tienen poder, y las palabras también. Las palabras pueden hacer prender el fuego en la mente de los hombres. Las palabras pueden arrancarles lágrimas a los corazones más duros. Existen diez palabras que minarán la más poderosa voluntad de un hombre. Pero una palabra no es más que la representación de un fuego. Un nombre es el fuego en sí.”
“Escucha siempre con atención, Max, las palabras que dicen las mujeres mientras son folladas. Si no hablan, bien, entonces no tienes nada que escuchar y probablemente no tendrás nada que pensar, pero si hablan, aunque sólo sea un murmullo, escucha sus palabras y piensa en ellas, piensa en su significado, piensa en lo que dicen y en lo que no dicen, intenta comprender qué es lo que en realidad quieren decir. Las mujeres son putas asesinas, Max, son monos ateridos de frío que contemplan el horizonte desde un árbol enfermo, son princesas que te buscan en la oscuridad, llorando, indagando las palabras que nunca podrán decir.”
“... las palabras son importantes cuando son reflejo de una actitud.”
“–Patria... creo que esa palabra no existe no mi diccionario.–De veras, no. Para usted, son tuyas las tierras de la hacienda. Nada más. No consigues mirar los montes, las playas, el cielo y el mar de las Islas como tuyos. Así es la Patria: todo que hay en ella es nuestro. Y es amado y defendido como lo haces con tu hacienda: hasta la muerte.”