“A veces las historias más tristes son las que menos palabras requieren: no volví a saber nada de Seth Moreno.”
“Es una palabra. Las palabras son pálidas sombras de nombres olvidados. Los nombres tienen poder, y las palabras también. Las palabras pueden hacer prender el fuego en la mente de los hombres. Las palabras pueden arrancarles lágrimas a los corazones más duros. Existen diez palabras que minarán la más poderosa voluntad de un hombre. Pero una palabra no es más que la representación de un fuego. Un nombre es el fuego en sí.”
“No, no son las palabras, son lo que está en las palabras, esa especie de cola de pegar, esa baba.”
“A veces, son las cosas que dan miedo en la vida las que más valen la pena.”
“Todas las novelas son historias de amor. Voy a sonar cursi, pero es lo que pienso: podemos prescindir de todo, menos del amor.”
“Las primeras palabras que escribió Sara en aquel cuaderno de tapas duras que le había dado su padre fueron río, luna y libertad, además de otras más raras que le salían por casualidad, a modo de trabalenguas, mezclando vocales y consonantes a la buena de Dios. Estas palabras que nacían sin quererlo ella misma, como flores silvestres que no hay que regar, eran las que más le gustaban, las que le daban más felicidad, porque sólo las entendía ella. Las repetía muchas veces, entre dientes, para ver cómo sonaban, y las llamaba "farfanías". Casi siempre le hacían reír.”