“Un completo desconocido se me acercó y me dijo: Eres tu... !Cuanto tiempo! Tienes que casarte conmigo antes de que vuelvas a desaparecer. Creí que estaba loco.”
“Te cansarás primero que yo. Llegaré a donde quieres llegar antes que tú estés allí -dijo el que iba detrás de él-. Me sé de memoria tus intenciones, quién eres y de dónde eres y adónde vas. Llegaré antes que tú llegues.”
“-¿Por qué tienes que llamar a la política un problema de carácter?-Siempre estabas en otro sitio - dijo Eduardo-. Yo llegué a pensar que era por mi culpa. Había algo de ti que siempre estaba un poco triste ¿y ahora me dices que es porque teníamos ideas políticas diferentes?”
“—No. No vuelvas a pensar así. No tiene nada que ver con eso. Lo que sea que puedes hacer, cualquier habilidad que tengas, todavía eres Lila. Es parte de ti; quién eres. Y no cambiaría nada de ti, que no sea tal vez tu inclinación a salir corriendo —añadió en el último momento.”
“Aquí estabas tú, dejándome, apareciendo para luego desaparecer. Te pusiste más bonita que de costumbre, como para hacerme notar que perdía lo más valioso de mi vida.Lo que yo nunca te expliqué, fue que tú hacías de lo más valioso de mi vida, porque me dabas amor, me dabas cariño, me compartías la vida, me dabas tiempo y me hacías ser más yo que nadie. Y supongo que por eso no supliqué mucho cuando te fuiste, ni me volví un desesperado, ¿y sabes por qué más?Porque antes de que te fueras, ya se había marchado el tiempo, el amor, el cariño, mi vida, yo. Todo se fue, que luego siguieras tú ya no importaba.”
“Puso su mano debajo de mi barbilla y me levantó la cara para que le mirara, estaba sonriendo con su bonita sonrisa. —Puedo esperar tanto tiempo como desees. Realmente estoy loco por ti, no se trata de sexo —dijo con ternura, haciendo que mi corazón comenzase a correr. ¿Hablaba en serio o se trataba de un truco así me rendía antes? —¿Y si te digo que no creo en lel sexo antes del matrimonio? —le pregunté, poniéndolo a prueba. Sus ojos brillaron con diversión, pero mantuvo su rostro serio. —Entonces te diría que nos casáramos tan pronto como fueras mayor de edad. Dieciocho años es la edad legal, ¿verdad? —respondió, guiñándome un ojo.”