“-Rachel, tienes que dejar de comerte la cabeza o lo echarás todo a perder-dijo su voz de seda gris con la lluvia de fondo-. La cuestión no es si podemos hacerlo, sino si prodremos vivir con la idea de no haberlo intentado.”
“-¿Tengo que hacer la pregunta adecuada?-pregunté.Él negó con la cabeza.-No existe ninguna pregunta. Lo único que cuenta es lo que ves con tus propios ojos.”
“A veces se necesita que te den un buen golpe en la cabeza para darte cuenta de que lo que siempre has deseado no era lo que más te convenía.”
“-¿Y no le parece que también es importante lo que usted sienta?-me dijo-.¿No cree que siempre es mejor la más amarga de las verdades que la más dulce mentira?-me preguntó.-Sí, tiene usted razón -admití-, pero si la abandona ella terminará con su vida...-¿Entonces usted piensa que lo correcto es sacrificar la suya a cambio de la de ella?-me preguntó”
“El Enemigo es una parte de Ágape y está allí para poner a prueba nuestra mano y nuestra voluntad en el manejo de la espada. Fue colocado en nuestras vidas, y nosotros en la vida de él, con un propósito. Este propósito tiene que ser satisfecho. Por eso, huir de la lucha es lo peor que puede sucedernos. Es peor que perder la lucha, porque en la derrota siempre podemos aprender algo, pero en la fuga todo lo que logramos es declarar la victoria de nuestro Enemigo.”
“Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia, no tiene sentido seguir viviendo.”
“-Era...- Kvothe tenía la cabeza tan agachada que parecía que hablaba con sus manos, recogidas sobre el regazo-. ¿Que estoy haciendo? -Dijo con voz débil, como si tuviera la boca llena de grises cenizas-. ¿Para qué puede servir esto? ¿Cómo puedo explicárosla si yo nunca la he entendido?”