“Estás aterrorizada de mí y entraste aquí por ti misma. Nadie te arrastró hasta aquí. No trajiste a nadie para cuidar tu espalda. Nadie te hizo quedarte. No trates de engañarme o a ti misma sobre el hecho de que no quieres explorar esto conmigo. Lo quieres o no estarías aquí. Te tengo peleándolo. Sólo te los estoy diciendo, no vas a ganar.”
“—También te amo —dijo él, retrocediendo después de un momento—. Creo que te he amado desde hace meses. Nunca he creído en el amor a primera vista, pero sí creo en el destino. Cada situación de mierda que has tenido que superar te trajo hasta aquí. Nunca he sentido esto por nadie, y es porque he estado esperando por ti, no lo sabía hasta que llegaste aquí.”
“Pero no había encontrado a nadie que se quedara conmigo. No estaba desesperada. Si eso pasaba, pasaba. Si no lo hacía, podía cuidar de mi misma. Pero si pasaba, tenía que ser lo correcto.”
“Te jodes a la gente alrededor, eventualmente ellos te joderán de vuelta y ya que a nadie le gusta ser jodido al menos que lo quieran, cuando son movidos a hacerlo, joden más fuerte.”
“—No quise decir lo que dije, Alex. Por supuesto que te necesito. No puedo creer que no lo sepas. Te necesito tanto que cuando no estás a mí alrededor, duele. En realidad duele, físicamente. Aquí. —Me toqué entre las costillas, donde podía sentir mi corazón martillando—. Sólo puedo hacer esto por ti. Sólo estoy aquí por ti.”
“A ti te gusta todo el mundo, o lo que es lo mismo, no te importa nadie”
“¡Oh, Vida! ¡Nada deseo, porque te tengo! ¡Soy Vida! Contigo siempre, siempre... Lo que Tú no eres no es; ¡el deseador es imbécil! ¡Imbécil, que posee un tesoro y se angustia por un centavo falso! ¡Hideputas ideólogos, conferenciantes, escritores, filósofos, teólogos! ¡Sólo Tú, sólo existes Tú y todo eres Tú, amor mío, que eres yo mismo! ¡Te tengo tan cerca! ¡Aquí te tengo! ¡Estoy reposando en Ti, sobre Ti, dentro de Ti! ¡Eres yo mismo, amor mío!...”