“Lloró como alguien con el corazón roto, y se preguntó por qué, si dos personas se amaban, podía experimentarse tanto desconsuelo.”
“Dónde está el niño que yo fui, sigue dentro de mí o se fue?Sabe que no lo quise nuncay que tampoco me quería?Por qué anduvimos tanto tiempo creciendo para separarnos?Por qué no morimos los dos cuando mi infancia se murió?Y si el alma se me cayópor qué me sigue el esqueleto?”
“Mi madre hablaba mucho del carácter de las personas-dije-. Me dijo que se podía saber el carácter de alguien por el tipo de amigos que tenía. Y si eso es verdad, yo tengo que ser una persona fantástica.”
“...al corazón no se le dan órdenes, decía, el corazón se rompe, y si se le dice que no se rompa se rompe igualmente, como el mío...”
“Si le das el corazón a alguien y luego muere, ¿se lo lleva consigo?”
“Recuerdo muy bien la emoción, la alegría que sentí al pisar el acelerador. Si ha habido alguna vez una mujer enamorada, ésa era yo. Si alguna vez he estado enamorada, fue entonces, el día que viajé desde la provincia de Cuenca hasta la de Castellón, conduciendo por carreteras secundarias con un Ford Fiesta rojo que se ahogaba en todas las cuestas y un corazón tan grande que no me cabía en el cuerpo.Era demasiado amor. Demasiado grande, demasiado complicado, demasiado confuso, y arriesgado, y fecundo, y doloroso. Tanto como yo podía dar, más del que me convenía. Por eso se rompió. No se agotó, no se acabó, no se murió, sólo se rompió, se vino abajo como una torre demasiado alta, como una apuesta demasiado alta, como una esperanza demasiado alta.”