“-¿Qué leías?Guardó silencio durante unos segundos y al final admitió:-Peter Pan y Wendy.Héctor fingió sorprenderse, pero la risa lo traicionó.-Tú y tus lecturas raras...-Oye, que es un clásico.-Infantil.-Sí, bueno. Con algo tendré que alimentar a mi niña interior, ¿no? No voy a dejar que se muera de inanición como hiciste tú con el tuyo -le dijo medio en serio medio en broma. Su amigo le dirigió una mirada inquisitiva y Abril dijo-: Admítelo. Lo mataste. Al Héctor-niño, digo. Y ahora eres demasiado maduro.”
“El soberbio cree que se basta a sí mismo, cree que su valor, su precio en el mercado, proviene del dominio de una habilidad, de una profesión o de un conjunto de facultades.El soberbio semeja al periodista que piensa que es su aptitud para encontrar y referir noticias lo que le hace periodista y no el medio en que trabaja, y piensa que una noticia escrita por él en un periódico de un pueblo vale tanto como esa noticia escrita por otro periodista menos hábil en un periódico de difusión nacional. Semeja al biólogo y al pintor que piensan que es su inteligencia y su habilidad para el dibujo lo que les hace buenos y que son buenos al margen de sus laboratorios, sus galeristas, su momento histórico, sus relaciones sociales. Edmundo había aprendido que las relaciones se miden por metros de garaje con telares abandonados, como también sabía que la inteligencia, el arte o la competencia profesional no era un pájaro, no venían a posarse sobre los individuos para que al fin en un laboratiorio médico contratasen precisamente al individuo que tenía el pájaro de ser competente, útil, imaginativo. No le necesitaban a él sino a uno como él, y sería lo mismo en Décima como fue lo mismo en Matesa o con Jimena, o en el laboratiorio, o en la Universidad de Navarra. No a él sino a uno como él, a uno que rellenara el hueco, que cumpliera la función.”
“Además tú también arriesgas tu vida y es algo que he aceptado. ¿Crees que no me duele el saber que puedo perderte? —alzó al vista—. Porque esa sí es una posibilidad. Morirás en combate y tengo miedo, pero eso es lo que eres. Yo no interfiero con lo que deseas, no interfieras tú en lo que yo quiero.”
“-¿Es verdad.., que no lo olvidaré?Estaba arrodillado a su lado y esperó un momento antes deresponder.-Sí, es verdad -dijo suavemente-, Pero también es verdad que con eltiempo no te importará.-¿No? -Estaba demasiado cansada para seguir preguntándole. Sesentía extrañamente lejana-. ¿Aunque no sea lo bastante fuerte paramatarlo?-Eres una mujer muy fuerte.-No lo soy. Me lo acabas de demostrar, no soy...Una mano en el hombro la detuvo.-No es eso lo que quería decirte -dijo pensativo-, Jenny tenía diez añoscuando murió nuestra madre. -Y al día siguiente del funeral la encontrécon el delantal de mi madre.Había estado llorando como yo. Pero me dijo: «Ve a lavarte, Jamie, voya hacer la comida para ti y para papá».Cerró los ojos y tragó con fuerza.-Sé lo fuertes que pueden llegar a ser las mujeres. Y tú eres muyfuerte, créeme.”
“—¿Te das cuenta de cómo hemos cambiado, Kenneth? reflexionó en voz alta—. ¿La oyes? —señaló con la cabeza hacia su derecha—. El primer día en el hospital esa risa me robó el corazón y ahora es suyo para siempre.—Mañana regresarás a tu mundo —dijo él enfrentando su mirada. —Mi mundo es éste también. —No —contradijo tomándola por los hombros—. Ésta es tu fantasía. Y no te das cuenta que la escapada que tú vives como una ilusión, es mi vida real. Cuando estés en Boston, lo verás todo con otros ojos.(...)—Tú eres una poderosa razón para volver. La única que me importa.”
“Ese día a Liesel le costó mucho decir lo que dijo al marcharse. Traducido, podríamos comentar que tuvo que forcejear con dos palabras gigantes, cargarlas al hombro y arrojarlas con torpeza a los pies de Ilsa Hermann. Pesaban tanto que al final la tambaleante niña no pudo sostenerlas más y cayeron de lado. Quedaron postradas en el suelo en toda su extensión, extravagantes y desgarbadas.”