“Anhelar el amor la hacía sentir como un gato que siempre se enrosca en los tobillos maullando acaríciame, acaríciame, mírame,quiéreme.Preferiría ser el gato que observa todo con descaro desde lo alto de una pared, con expresión inescrutable. El gato que evita las caricias, que no las necesita. ¿Por qué no ser ese gato?”
“Pero les juro que los humanos no se saldrán con la suya eternamente. Tenemos que ser pacientes. Llegará un día, y espero que no tarde mucho, en que los gatos dominaremos el mundo.”
“El problema es que el niño es una esponja que registra y absorbe indiscriminadamente todo lo que ve [...] El niño formado en la imagen se reduce a ser un hombre que no lee, y, por lo tanto, la mayoría de las veces, es un ser «reblandecido por la televisión», adicto de por vida a los videojuegos.”
“Le pregunté cómo se llamaba el gato y contestó que los gatos no se llaman porque no son cristianos como los perros”
“¿Será que lo doméstico -ese veneno que acaba con las pasiones y que también llamamos cotidianidad- lo arruina todo? [...] ¿Es el genio, como insisten algunos, una persona insoportablemente normal en la vida cotidiana? ¿Se puede ser genial todo el rato?”
“El hombre es civilizado en la medida que comprende a un gato.”