“¡Míralo! Me temo que vas a echar a arder como siga mirándote de ese modo con esos ojazos naranjas.”
“Anhelar el amor la hacía sentir como un gato que siempre se enrosca en los tobillos maullando acaríciame, acaríciame, mírame,quiéreme.Preferiría ser el gato que observa todo con descaro desde lo alto de una pared, con expresión inescrutable. El gato que evita las caricias, que no las necesita. ¿Por qué no ser ese gato?”
“—¡Oye! Puede que mi cuerpo sea pequeño, pero mi espíritu es grande. Por eso llevo zapatos con plataforma. Para estar a la altura de mi alma.”
“- Las mariposas en el estómago-suspiró Karou-Claro. ¿Sabes lo que pienso? Que las mariposas están siempre ahí, en el estómago de todos, en todo momento...- ¿Cómo bacterias?- No, no como bacterias, como mariposas. Y las de cada uno reaccionan con determinadas personas, a nivel químico, como feromonas, así cuando esas personas se acercan, tus mariposas empiezan a bailar. No pueden evitarlo, es una reacción química.”
“Me temo que se han enamorado —dijo él, preocupado—. No quieren abandonarte (...)Sé exactamente cómo se sienten.”
“—Eso no es paz. La paz es más que ausencia de guerra. La paz es concordia. Armonía.”
“—Quiero que sepas… —Akiva tragó saliva—. Necesito que sepas que me sentí atraído por ti (por ti, Karou) antes de descubrir el hueso. Antes de darme cuenta, y creo… creo que siempre te encontraría, sin importar lo escondida que estuvieras —la miró con extraordinaria intensidad—. Tu alma y la mía cantan la misma canción. Mi alma es tuya, y siempre lo será, en cualquier mundo. No importa lo que suceda… —su voz se quebró y tuvo que respirar hondo—. Necesito que recuerdes que te quiero.”